EL PODER DE DECIR LAS COSAS POR SU NOMBRE
-Informe vox populi, borrón y cuenta
nueva… bobbo ossobbo unló-
Esta imagen es el comienzo de una
transición, el cierre de puertas de un nexo con un pasado del que ahora mismo
avanzo hacia otra dirección.
Muchos de los colegas, artistas,
comisarios/curators, críticos de arte, conservadores o directores de museo con
quienes me he relacionado en los veintidós años en mi carrera profesional,
saben que trabajar en el CAAM era una de mis grandes ilusiones, fundamentalmente
porque era –al menos para mi- un paradigma; pero como todo paradigma era un
espejismo.
He guardado silencio.
Incluso tras el cálido y sorpresivo
homenaje que más de un centenar de profesionales firmó para evitar el ninguneo
de mi persona y mi labor por parte de la campaña de descrédito realizada por la
mediocridad periodística de quienes están aferrados al caciquismo del poder
político (y familiar) porque es éste, y su corruptela despótica, el que les
paga.
Ahora, tras tres meses de mi abrupta partida,
me he permitido la licencia de reflexionar y meditar mis próximos pasos,
cansado del despotismo, la inutilidad y la desidia de un equipo
institucionalizado, repleto de carencias, traumas, taras y frustraciones, del
cual sólo guardo buenos recuerdos de menos de cinco excelentes personas de las
casi cuarenta que ahí continúan trabajando… miro atrás y tengo un sabor
agridulce, pero no guardo rencor.
De mi ida, sólo lamento en primer lugar
no haber podido hacer más por reajustar ese equipo de personas que no se
merecen que sus superiores los maltraten, ni que les frustren sus ilusiones
profesionales, y en segundo lugar, no haber continuado con algunos proyectos
pendientes. En cambio, a decir verdad estos proyectos no me preocupan, muchos
de ellos puede que ya no tengan sentido, fueron planteados hace más de seis o
siete años, y aquellos que tengan sentido ejecutarse, ya los intentaré hacer en
otro lugar, lástima que el público canario, a quien agradezco su gentileza,
educación, apoyo y cariño, quizás se los
pierdan. A no ser que viajen fuera de la Isla.
No obstante para continuar debo soltar
lastres, y desmentir falsas acusaciones innecesarias que se emitieron sobre mi
persona que no deben quedar en el limbo de las falacias escritas por sus
autores.
Nunca trabajé en el Centro Atlántico de
Arte Moderno pensando en mi beneficio personal, sino en el del museo. El primer
museo europeo que le prestó atención a las Américas el cual estudié en mis años
de carrera en Cuba, gracias a su labor por su vocación atlántica, vocación que
intenté continuar propiciando en las 66 muestras que programé como responsable
de la dirección artística del museo, al exponer a 4 artistas españoles
peninsulares, 1 holandés, 1 irlandés, 2 norteamericanos, 5 brasileños, 2
africanos, 3 mexicanos, 3 chilenos, 1 guatemalteca, 3 cubanos y 3
puertorriqueños, a lo que se sumarían los 26 artistas del archipiélago, al
igual que en las muestras colectivas de la Colección CAAM siempre primaron los
canarios. En ese lustro dimos cobertura a 12 comisarios de las islas, hablo de:
Octavio Zaya, Gopi Saragandani, Clara Muñoz, Maria de los Reyes, Francis
Naranjo, Orlando Britto, Ángeles Alemán, Alejandro Vitaubet, Laura Teresa
García Morales, Francisco Galante, María Isabel Navarro y Carlos Díaz Bertrana.
Dimos empleo a varias empresas de montaje, marquetería, aduanas, transporte y
gráfica, así como a diseñadores, traductores, fotógrafos, críticos y
escritores, o historiadores del arte y otros profesores universitarios, o
conferenciantes de diversas ramas del saber visual de dentro y fuera de la
Isla, de un lado y otro del Atlántico que nos rodea.
Igualmente contrario a la noción
especulativa de derroche, nuestras publicaciones fueron las más económicas de
los últimos diez años producidas por el museo, gracias a mis relaciones con
imprentas peninsulares las cuales nunca sobrepasaron el costo de 18.000 €
exceptuando las co-ediciones pactadas con editoriales de primerísimo nivel
nacional (Turner Libros y Polígrafa Ediciones), logramos que nuestros libros se
distribuyeran a nivel nacional gracias a Rosa Olivares y Cataclismo, y llevamos
Atlántica a un paso más adelante convirtiéndola en un espacio de pensamiento y
promoción de la cultura visual actual en bienales como Documenta13 de Kassel,
Venecia, o La Habana. Creamos los fondos de ayudas para el desplazamiento de
los profesionales afincados en Gran Canaria y trazamos líneas de colaboración
de co-producciones con el Gobierno de Canaria con sus salas de La Regenta, El
tanque, la SAC y el Instituto Cabrera Pinto, así como con museos como el MNCARS
(Madrid), el TEA (Santa Cruz de Tenerife), el DA2 (Salamanca), el Het Domain
(Sitaard, Holanda), la Fundación Luis Seoane (A Coruña) o la Sala Alcalá31 y
Matadero Madrid (de la Comunidad y el Ayuntamiento capitalino).
Gracias a las interpersonales relaciones
profesionales de generosidad establecidas desde nuestro trabajo, el CAAM y el
Cabildo de Gran Canaria ha recibido un monto de 750.000 € en 140 obras de arte
donadas al museo, entre las que se encuentra una donación personal, cuyo valor
es, según el precio del mercado, 5000 € de René Peña. Y de nuestra economía
familiar, cuando en el año 2012 fueron retirados los gastos de dietas públicas,
dimos de comer, cenar y beber a cuanto invitado visitó el museo en los últimos
casi 4 años.
Ya que si queremos recibir generosidad,
hay que ser generosos. Además, es lo mínimo que se puede hacer cuando te haces
responsable anfitrión y no huésped, parafraseando el elegante y controversial
título de Juliao Sarmento comisariada por el siempre provocativo e inteligente
David Barro.
Por ello, la recogida final de las
magníficas obras de Abraham Lacalle “Inversión I y II”, 2015; significa un
soltar lastre, soltar amarras, un abrir las velas.
Pues cambio de rumbo.
Tras más de veinte años trabajando
fundamentalmente para el sector institucional público a pesar de haber colaborado
durante un año con una galería mexicano neoyorquina , así como galerías en
Monterrey, México, Miami, Milán, Las Palmas de Gran Canaria, Turín, Santo
Domingo o Granada, y tras cinco años al frente de una institución, más que
nada, porque no me apetece poner nuevamente mi vida en manos de ineptos,
enchufados, personas sin preparación alguna, ni burocratismos administrativos.
Me incorporo a un equipo curatorial frente a la galería berlinesa Invaliden1, fundada y
programada durante una década por los artistas Sergio Belinchón, Rui Calzada
Bastos, Antonio Mesones, Noé Sendas y Santiago Ydañez, con la intención de
darle una nueva perspectiva fundamentalmente curatorial. Ahora dotándola de una
nueva etapa, bajo el nombre de Nova Invaliden, y desde donde pretendemos
desarrollar un trabajo que ahonde en la labor que llevamos realizando en el
campo del arte desde la intimidad cómplice de quien respeta y admira al arte
como centro de nuestra existencia, porque en el arte todavía quedan paradigmas
que investigar, promover y divulgar, como último valor de la espiritualidad de
nuestra época que bien representa la herencia de lo vivido.
Así es como estamos cerrando una puerta
con esa imagen de Abraham Lacalle retirando sus obras del centro anclado en el
barrio de Vegueta, ya que nos desplazamos a otra dimensión, aquella que atesora
el testimonio de quien ha vivido entre las trincheras, y desde ahí defenderá,
como un francotirador, aquello en lo que cree.
Ashé.
Las
Palmas de Gran Canaria, España
Invierno
de 2016.
1 comentario:
Muy bonita tu merecida carta de despedida!!!me alegro muchisimo por el proyecto de la galería Invaliden,seguro que habran muchos éxitos.Saludos
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