miércoles, 5 de diciembre de 2018


Arnaldo Roche Rabell
Nosotros tenemos que soñar en azul, 1986
Colección privada, SJ.PR.




todos coleccionamos algo                  aún  sin saberlo
todos acaparamos abrazos                  besos               soledades
caricias que nos robamos para guardarlas en un rincón
oculto de las miradas de los otros
todos               coleccionamos gestos                           ademanes                 tropiezos torvos que rasgan la andadura y la desvían hacia el giro de una danza popular caribeña
que rebota en la cadera               y repica en un tambor rítmicamente
en tu afán por resguardar los calcos               los rozamientos todos
de cuanto pudiste tocar                con esas manos tuyas          grandes           fuertes
tus manos embarradas             siempre  
siempre impregnadas de un arte extraño
sabedor de misterios confesos            solo a ti
nos recordó lo obvio de un pequeño secreto sabido a voces
todos coleccionamos algo                  aunque nos sobre
y esa gratuidad            es         nuestro mejor            tesoro
coleccionar es resguardar en demasía
nos lo dijiste            sin que palabra alguna saliese de tu boca
ese capricho de coleccionar recuerdos            amores            amigos
no es pecado               ni es gula              -decías-
no es avaricia injusta con el prójimo          sino generoso amor inconfesado
a ti el amor te sobraba            por eso nos lo dabas en pinturas
repletas de huellas          de sueños                 de pesadillas            de besos              de fe
en pinturas repletas          desbordadas de leyendas          de angustias          de orgasmos de quejidos             y penas            repletas de aspavientos           de silencios         de gritos de encierros         
y de viajes
rebosadas de ti                        de tus visiones             tus arrepentimientos              tus glorias
tus dudas              tus hallazgos          tus fracasos           tus éxitos           tus odios             tus enamoramientos               y tus penas          tu manera de amarnos          y tu dolor
a ti te sobraban los colores por eso no te detuvo coleccionar los tonos verdes             chocolates            rojizos              negruzcos de la noche
el brillo dorado de la luz matutina
el amarrillo solar de la vespertina tarde de un trópico esquizoide
preñado de locura               domesticado en un jardín gigante
el jardín de una isla que ahora flota a la deriva              sin ti
una isla suicida que se lanza -ella sola- contra los huracanes
tan solo           para probar al mundo su coraje
la pasta de la que fraguan a su gente
su carisma bondadoso             su valentía              su fiereza     
a ti te sobraban los violentos violetas
los crepusculares naranjas recubiertos de un fanguizal de negros
pero el que más guardabas para luego regalárnoslo
eran los muchísimos azules que de roce en roce hicieron tu pupila
una omnipresente pupila insular             teñida de añil

nunca más podré mirar al mar           sin evocarte
ese color que nunca más podré observar
de la misma manera           sin recordarte

ese azul           planetario            envolvente             global
en el que siempre                 nos invitabas a soñar

… querido Arnaldo.


(el coleccionista)


a Walter
por el recuerdo de una obra de Arnaldo Roche Rabell
-->
en paz descanse (nuestro) pintor de los azules



Arnaldo Roche Rabell
El coleccionista, 2014
Colección Privada, SJ.PR.